Hace poco leí la
noticia donde 80 activistas ingresaron al Instituto Royal en Sao Paulo, Brasil
para liberar 178 perros que eran usados para experimentos en medicina y
cosmética. Según las leyes en Brasil el delito no es el uso de animales; sino
ingresar y liberarlos del destino que esta empresa tenía reservado para ellos:
la vivisección (disección de un animal cuando aún está vivo)
Algunas imágenes del rescate de estos animales (Fuente La República)
Hay tres puntos a
considerar en este análisis: Primero el papel de las empresas; segundo, el rol
de la publicidad y tercero, las decisiones del consumidor. Las empresas continúan
experimentando con animales porque les es más barato, ocasiona menos escándalos
y porque lograron legalizarlo a través de lobbies. Por otro lado, la publicidad
sigue en su rol de hacer que las personas deseen alcanzar, los siempre lejanos,
estándares de belleza que proponen las marcas dedicadas a este rubro. Por
último, tenemos al consumidor/a que usa marcas sin cuestionarse qué tipo de
conductas tiene el fabricante… aunque me pregunto si ¿esto sigue siendo así?
El consumidor ha
cambiado. Ahora se preocupa sobre los ingredientes y procesos de elaboración de
los productos que usa, cómo se trata al personal
de la empresa, etc. Según Faustino García existen siete tipos
de consumidores: consciente, informado, crítico, saludable, sustentable,
solidario y activo.
Hoy tenemos un consumidor
más informado, crítico, saludable y sustentable.
Bajo esta lógica, este
consumidor o prosumer, ya no se contenta con lo que la marca le ofrece. Busca,
produce y comparte contenidos sobre su marca para felicitarla, fiscalizarla o
penalizarla cuando comete alguna falta. Este consumidor/a no trabaja solo, se
reúne con otras personas con quienes comparte intereses, contacta a líderes de
opinión, desarrolla mensajes y los comparte a través de sus redes sociales.
Sin embargo, aún
existen consumidores desinformados o, peor aún, insensibilizados- más aún sobre
el tema de experimentación con animales. En el primer caso, muchas personas no
saben de las terribles condiciones a las cuales son sometidos estos animales. Ante esto, sugiero revisar The truth about animal testing in our daily lives. Una vez teniendo en claro las inhumanas condiciones, las personas pueden
preguntar ¿qué marcas realizan este tipo
de acciones? Diversos activistas han recopilado listas
sobre marcas que usan y no usan animales en sus pruebas. Según ADEA y Ecoosfera la lista de marcas y
productos es muy amplia. No obstante, muchas personas continúan usando estos
productos.
Al preguntar las
razones de esta indiferencia, podremos suponer que se trata de falta de
continuidad o impacto en el mensaje. Sin embargo, diversas asociaciones de
activistas en el mundo protestan y ejecutan acciones, legales e ilegales,
contra esta problemática. Así mismo, diversos líderes de opinión dan su imagen
para apoyar campañas de información y sensibilización contra el maltrato animal.
Por ejemplo en el portal Solo buenas noticias, el actor Norman
Reedus quien personifica a Darryl en la serie The Walking dead, dice que “decenas
de países de todo el mundo están superando a los EE.UU. al
convertirse en naciones libres de crueldad, prohibiendo las
pruebas de cosméticos en animales. Nadie quiere conejos o cobayas que sufran
por nuestra vanidad”
Diversas campañas apelan al tema profundo y que inhibe al
consumidor al cambio: vanidad.
Las imágenes que se
observan en internet son duras e impactantes. A pesar de ello, el uso de estos
productos continúa. ¿Cuál puede ser la causa? El problema de fondo es combatir
la vanidad. ¿Cómo pedirle a una persona que deje de usar ese producto que la
hace verse tan bien, que le otorga miradas, reconocimiento, aumento de la
autoestima? por un animal que no logran ver. Nuestra belleza no debe costar el sufrimiento de otro ser vivo. ¿Qué
sucedería si se experimenta con humanos?
Una
representación para que la gente pudiera ver como se sienten los animales
cuando se experimenta con ellos.
Desde nuestro rol
de consumidores podemos decidir qué
marca comprar y cual no. Informemos, compartamos estos datos e insistamos
en no comprar estos productos. Mira a tu mascota y piensa que pudo tener ese
destino. Mírate al espejo y piensa en que sucedería si tuvieses ese final. Hay
marcas que no experimentan, y tienen tan buenos productos como los que sí
experimentan. ¿A cuál beneficiarás con tu siguiente compra?