Hace unos días Perú tuvo otro
resultado adverso en las eliminatorias de fútbol. Nuevamente observamos los
spots de productos emblemáticos como las cervezas y quizá uno de los más
recordados es el de Los convocados 1 y Los convocados 2. La factura, a mi parecer, es impecable. Habla
muy bien de temas de integración, de horizontalidad, de sentirse peruanos más
allá de las fronteras físicas.
¿Todos somos convocados? – Según la gráfica parece que sí.
Los publicitarios manejamos
códigos visuales y formas de expresión que nos permiten llegar a los sueños,
esperanzas y deseos de nuestro público objetivo. Sin embargo, este mensaje de
una nación integrada, no deja de chocar con mensajes tan cotidianos e
“inocentes” como los que vemos en las
expresiones de distintos programas de humor y espacios periodísticos. Por
ejemplo Caretas en su sección “Ellos
y Ellas” publicó una foto donde posan una modelo identificada como Janet Leyva
y una “mamacha cuzqueña” A ello, la respuesta de la revista es que fue
un error debido a lo “espontaneo” del evento.
Foto Caretas (en color) y protesta, a modo de humor, del artista Álvaro
Portales (blanco y negro).
El artista Álvaro Portales evidencia
la forma como invisibilizamos al otro, en especial al indígena: “MODAS: El Indígena
Gigante Don Juan De La Cruz Sihuana, de Llusco, provincia de Chumbivilcas, posa
majestuoso en tierna foto acompañado de modelito limeña con típico atuendo
ridículo. Foto por Martín Chambi.” (Fuente Facebook)
Este no es un problema de ahora,
viene quizá desde nuestra formación como Nación (si es que lo hemos hecho) y
sigue teniendo cada vez matices distintos, pero siempre hacia el que no es
blanco. Basta recordar las burlas y estereotipos promovidos por programas como
el Negro mama y la Paisana Jacinta defendidos por Beto Ortiz y criticados por Gustavo Faverón.
La actriz y cantante Magaly Solier blanco de las críticas racistas
Hace poco la actriz y cantante
Magaly Solier fue agredida en redes sociales a partir de una entrevista
tergiversada en Perú 21. El periodista César Hildebrandt hace la denuncia,
y el psicoanalista Jorge Bruce revela un tema muy
profundo: “Aceptar que esa mujer quechua hablante pueda ser deseable y, peor,
que sea más exitosa que ellos (los blancos)por su talento y valía personal,
enloquece a estos hombres inseguros que entrarían en pánico frente al cuerpo
desnudo de Magaly. El deseo los dejaría a merced de su miedo y los reduciría a
la condición de unos niños confundidos y asustados”.
Mientras comunicadores, y en
especial publicitarios, no reflexionen sobre los códigos que usan y cómo estos
pueden perpetuar estereotipos, seguiremos teniendo estos problemas con
distitnos actores. Más aún, la apuesta en nuestro campo se vuelve más grande
cuando tienes a un cliente o a un medio que presiona porque su modo de ver el
mundo es el único que deben importar…”total yo pago”. Así la formación de
comunicadores con mayor compromiso ético,
sensibilidad y empatía no solo recae en las universidades e institutos
(si es que están haciendo esta tarea); sino en las agencias. Educación y centro
de trabajo serán los espacios donde esta pelota gira y veremos si somos convocarnos
o seguiremos mirándolo desde la tribuna decepcionados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario