Hace algunas semanas, la apacible vida dominical peruana se vio “sacudida” por el anuncio del cambio de gabinete de Ollanta Humala. Si bien hay análisis de los más diversos acerca de las razones de por qué se realizó este cambio (Nelson Manrique, Patricia del Rio, Martín Tanaka, por mencionar algunos), lo cierto es que el gabinete trajo rostros nuevos. Algunos muy técnicos y con amplias credenciales de experticia para la cartera que fueron convocados y otros no tanto. Dentro de los detalles que llamaron la atención de este nuevo grupo fue la juramentación de la juramentación de la parlamentaria oficialista Ana Jara, designada para el Ministerio de la Mujer.
La juramentación poco ortodoxa de Jara trajo consigo una serie de suspicacias sobre su futuro rol en el MIMDES.
¿El credo es lo de menos?
Muchos amigos y amigas con los que conversé tienen sus dudas (por no decir temor) sobre el rol que cumplirá Ana Jara en este ministerio. El tipo de juramentación dejaba ver un aire de moral y evangelizador muy marcados. Y el hecho de tener una fe no es el problema. Uno puede ser católico, evangélico, musulmán, pentecostal, agnóstico o ateo. El punto del debate radica cuando mis creencias se convierten en un filtro para mirar el mundo, para interpretar su funcionamiento, para prejuzgar y dar respuesta a eventos y sobre ello hacer leyes, derogarlas, entramparlas o dejarlas archivadas.
Ya en el pasado hemos tenido experiencias, no muy buenas, respecto a cómo se entremezclan la religión y los temas de acceso a derechos básicos como la salud. Una muestra de ello son los retrocesos sufridos en materia de salud durante el periodo de Fernando Carbone en el Ministerio de Salud donde se devolvió dinero al Fondo Global para la lucha contra el Sida, la TBC y la Malaria (en especial contra el primero) precisamente por las ideas conservadoras que las cabezas del Ministerio tenían sobre cómo debía combatirse dicha ITS, o los cuestionamientos hacia las políticas de planificación familiar; impidiendo el acceso a métodos anticonceptivos a las personas de más bajos recursos económicos. Así mismo, tenemos la visita (o intervención) de algunos personajes católicos influyentes antes que el Tribunal Constitucional “determinase” que la Anticoncepción Oral de Emergencia (AOE) era “abortiva” (Marco Sifuentes en Perú 21 25/10/2009) lo cual generó protesta de grupo organizados pues contravenía a entes técnicos como la Organización Mundial de la Salud y la organización Panamericana de la Salud.
Protestas contra la postura del Ministro Carbone de la ONG Flora Tristán de la mano de la artista Natalia Iguiñiz (2002).
El tema, como mencioné al inicio, no es cuestión de credos. Existen católicas que piensan que el aborto es una opción (Católicas por el derecho a decidir) y, como refiero en el post sobre el tema de aborto, las posiciones de aquellos que deciden continuar con un embarazo no deseado, deberían ser tan respetables como aquellas de los que no lo desean; pues el aborto no es una experiencia grata, pero si la persona lo ha decidido lo hará; la cuestión es si lo realizará en condiciones salubres con un médico o lo hará poniendo en riesgo su vida.
Opiniones “sobrenaturales”
Diversos medios de comunicación han analizado la postura de la nueva Ministra respecto a lo que hará en el MIMDES. Y claro las respuestas de continuar con el trabajo de su predecesora no se han hecho esperar, tampoco aquellas preguntas sobre opiniones personales respecto al aborto terapéutico y los métodos anticonceptivos.
Entrevista con Beto Ortiz reveló una serie de posturas personales de la Ministra Jara en varios temas.
Hay mucha desinformación, mitos y estigmas que intervienen en los temas de Salud Sexual y Reproductiva; los cuales se entrelazan, para bien o para mal. Lejos está decir que “solo compete a los Ministerios de Salud y Justicia” o “soy próvida y estoy en contra de aprobar cualquier método abortivo”. Pero ¿cómo dejar de lado mis creencias si he crecido con ellas o las llevo conmigo las 24 horas del día? A mi parecer lo primero es la sensibilización y lo segundo la información. Si la persona no está sensibilizada (y ojo no digo que esté necesariamente a favor de un punto; sino que comprenda las razones del otro/a antes de prejuzgarlo) poco se puede hacer con brindarle información porque no llegará a tocar fondo. Y la información que se brinde debe ser completa, que abarque todas las aristas, todas las posiciones, que se escuche a todos y no solo a los que opinan como yo.
Diario 16 le dedicó su portada a la Ministra del MIMDES.
Se habla del Ministerio de la Familia, de que se está haciendo diferencia de género al tener un “Ministerio de la Mujer” o una ley de Feminicidio (mayor información en el siguiente post). Tal vez cuando ya no se tenga que enseñar a las personas que hombres y mujeres somos iguales, que el acceso a la salud es igual para todos y todas (sin distinción de dinero), que los adolescentes tienen deseos sexuales y que la información y el acceso a métodos anticonceptivos retrasa el inicio sexual (en especial evita los embarazos no deseados- con todo lo que conlleva)… quizá en ese momento podamos decir que ya no es necesario un Ministerio de la Mujer porque las mujeres y los adolescentes han dejado de ser vistos como no ciudadanos o ciudadanos de segunda clase- lejos que en el papel se diga que “todos somos iguales”.
Una pregunta surgió en las redes sociales (en el Twitter) sobre el tema de la Ministra Jara ¿no será que esa es la ministra que quiere el gobierno? ¿No será que ese es el mensaje que quiere darse sobre estos temas? ¿Qué está haciendo el Ministerio de Salud al respecto? (Tejada ha sido mantenido en su cargo, pero nada ha dicho sobre los temas del protocolo de aborto terapéutico).
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