El 28 de setiembre se celebró el Día por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe. De más está centrarse en las implicaciones morales que este delicado tema conlleva. Lo trabajé en el post titulado ¿Una vida por otra? Aborto terapéutico y embarazo adolescente frente a lo cual solo puedo decir que sigo creyendo en la libertad de cada persona para elegir y no poder juzgar a nadie por la decisión que tome. Sea porque consideran tener al bebé a pesar de las adversidades y miedos frente al cambio de vida (que me parece valiente), pero también están aquellas mujeres que optan por no tenerlo porque han sopesado y consideran que tenerlo les cambiará la vida y no están listas para ello.
Las campañas, a favor o en contra del aborto, tocan insights potentes y fuertes. Quizá ello me anima a revisarlo, dejando de un lado las concepciones morales que pueda tener el tema en sí y verlo desde un lado más de vista comunicativo.
Algunas campañas “pro vida” no escatiman en utilizar los recursos de la publicidad para realizar mensajes que llamen la atención. El desarrollo de videos, desnudos artísticos y campañas con apoyo de artistas como la modelo argentina Natalia Fassi y la campaña Maldita decisión llevan a pensar que dentro de las filas de los “pro vida” hay comunicadores muy preparados que conocen el oficio y saben plantear su mensaje.
El desnudo artístico y la provocación dejan de lado la idea de “mojigatos” cuando los grupos en contra del aborto exponen sus argumentos.
Estos grupos tienen bases muy sentadas y han tenido mucha injerencia dentro de los ministros/as de salud y de la mujer. Redactaron un pedido al entonces Ministro de Salud Alberto Tejada titulado “Manifiesto contra la elaboración de un protocolo para matar” La carta esgrimida ser que el protocolo de aborto (terapéutico o no) es una excusa para matar y que todas las mujeres, sin excepción, optarán por la “vida”.
Los efectismos y el usar la culpa también son parte de los recursos de algunas campañas “pro vida”
El otro campo, aquellas que optan por una “libre decisión” de la mujer; tienen claro que ésta no es decisión fácil. La mujer (o la pareja si fuera el caso) lo piensa mucho. Ideal sería que las mujeres no deban llegar a esta encrucijada; con mejor atención en salud, información, orientación, acceso a métodos anticonceptivos. Sin embargo, seguimos bastante lejos de ello y las razones suelen ser conocidas.
Una campaña que circuló por las redes sociales es “yo aborté y estoy en paz”. Una campaña de Puerto Rico donde se trabajan cuatro afiches que expresan algunos de los motivos para tomar esta decisión: “tener la información te lleva a una mejor decisión”, “cuidar la salud propia”, “no revivir la pesadilla tras una agresión sexual”, “una decisión responsable para ella y sus hijos”.
Una campaña que ha circulado a través de las Redes Sociales.
Si bien la campaña trabaja sobre un insight potente “quitar el miedo y el estigma frente a esta decisión”, considero que se han cometido errores respecto al tratamiento del tema. En primer lugar, la posible banalización del tema. Muchas mujeres han sido educadas con los temores propios de su religión, consideran que el abortar será una culpa que las marcará por el resto de su vida. Por ello, decirles que hay una vida luego de esa difícil decisión es correcto, pero colocar mujeres sonrientes termina banalizando esta difícil situación y apuntando hacia el argumento que muchos grupos contrarios al aborto mencionan: “Todas la mujeres empezarán a abortar como si fuera lo más normal del mundo”. Esta decisión no es fácil, y quizá esas imágenes contribuyen a dar argumentos en esa línea.
De otro lado, nunca hay que olvidar que cuando diseñamos campañas con mensajes dirigidos al público en general siempre pueden darse otras lecturas a nuestro soporte. El ama de casa es “negra”; mientras la ejecutiva y la estudiante son “blancas”. Es verdad puede ser casualidades, pero siempre es importante tener en claro todo el panorama para no tratar de solucionar un problema y generar otro. En este caso, podrían decirse que no se consideró que se puedan dar lecturas de racismo como mencionaban algunas personas que en Facebook vieron esta campaña.
Otras campañas recogen testimonios de muchas personas de distintas condiciones, hombre mujeres, actores, amas de casa, docentes universitarios, etc.
Yo aborté una campaña que recoge diferentes miradas de las personas que tomaron esa decisión…nada fácil
En Perú el tema ha sido trabajado por diversas instituciones. PROMSEX articuló su estrategia a través del apoyo de líderes de opinión 75 opiniones sobre el aborto reúne a distintas personalidades peruanas (actores, periodistas, juristas, etc.) que dan su punto de vista sobre el tema del aborto (a favor del mismo)
Dentro de las distintas opiniones Magaly Solier y Marco Zileri tocan dos puntos neurálgicos: la cobardía de la clase política de tocar el tema, y el peligro que representa realizarlo en instalaciones clandestinas.
Comunicacionalmente cada grupo utiliza argumentos persuasivos. Expones las razones de su postura, pero en la práctica aún seguimos jugando a una doble moral donde aquellas mujeres o familias que tienen recursos económicos puede (y normalmente lo hacen) “solucionar su problema” viajando a otro país donde el aborto el legal, ir a una clínica donde -teniendo contactos- le harán un aborto sin riesgos o tomar una píldora. Sin embargo, para muchas mujeres de pocos recursos económicos o culturales las opciones siempre terminan siendo precarias, insalubres y riesgosas.
Comparto contigo que la desicion pertenece unicamente a la mujer. A mi parecer los miedos religiosos o el cambio en la vida de la mujer, pasan a un segundo plano en el momento en que esta hace su decision. Creo que la cosa es mucho mas de las entranhas, simplemente piensas en tu hijo y si podras darle o no una buena vida.
ResponderEliminarPor otro lado, esta el rol del estado que deberia asegurarles a todos una calidad de vida minima, con acceso a cuestiones basicas como salud, educacion y acceso a la justicia.
Asi, las mujeres que deciden tener a sus hijos puedan garantizarles una vida q no los condene a la pobreza, ya que existe un tejido social q los apoya (por algo nos hemos juntado en nacion - estado). Y, las q deciden no tenerlos, pueden acceder a servicios de salud q no la condenen a quizas nunca mas poder tener bebes.
Otra cosa, que creo que es la que se escapa a todo debate sobre el tema, es la nula capacidad del estado a controlar o castigar las condiciones del mercado laboral que penalizan a la maternidad. Antes de ponerse a castigar a las mujeres q abortan, podrian ponerse a castigar a las empresas q discriminan a las mujeres pq "puede q se la pasen embarazadas" o que a penas se embarazan son despedidad o que no respetan las horas de lactancia.
Quizas si esas cosas se mejoraran, las mujeres verian con menos miedo la maternidad.
Mi estimada Cerdita Bipolar gracias por leer. En efecto comparto la idea de la elección libre. Valiente si desea tener la criatura a pesar de las adversidades, pero que no se le debe condenar por no desearla sabiendo todos los inconvenientes que tendrá. Además el tema que hay detrás: "Si tengo plata abortar es muy seguro" versus "si no tengo plata, me juego la vida" es muy delicado. Lo ideal creo es darles una educación adecuada (completa, oportuna y sin prejuicios)para evitar que lleguen a esa difícil encrucijada.
ResponderEliminarBesos