El 25 de noviembre se celebró el
Día de la No Violencia contra la Mujer. Al día siguiente, el Ministro de Trabajo José Villena agredió a
una trabajadora de la empresa de transporte aéreo LAN. Las críticas no se han hecho esperar:
personas de a pie, blogueros, periodistas, políticos condenaron al acción del
Ministro. En un primer momento se opto por el silencio, luego el Ministro viaja
a Arequipa a “pedir disculpas” insistiendo que
todo fue un mal entendido.
La Ministra de la Mujer, Ana Jara, ha sido enfática “ningún
ciudadano o ciudadana tiene corona o privilegios ante la Ley y que el
tratamiento legal y/ o social, en los casos de violencia de género, es igual
para todos y todas, sin hacer diferenciación de personas, indistintamente
su cargo o posición social, con la consiguiente condena y repudio hacia los
hechos de violencia contra la mujer y cualquier sector en estado de
vulnerabilidad”. Sin embargo, el premier, Juan Jiménez, ha minimizado el hecho;
afirmando que se trata de un caso “aislado y superado”.
Carlín interpretando este incidente.
El caso trae y continuará
trayendo cola. En la red social Twitter se
ha creado el hasta #fueravillena que
contiene la condena de reconocidos periodistas y analistas. Vale leer el
análisis de Mirko Lauer (Salvando al sargento Villena)
Diversas periodistas y blogueros expresando su rechazo al Ministro.
Al margen de la gravedad que una
agresión representa, este caso tiene muchas aristas para el análisis.
Los ejemplos pesan más que las palabras. Que un gobierno realice un
mensaje apelando a los valores, del ciudadano común, pero guarde silencio, no
tome acciones de reparación, no de la cara o minimice este tipo de actos es muy
grave y echa por tierra cualquier mensaje por más cierto que sea. Como mencioné
en el post Los valores están en ti, no en mí,
es muy tentador pedir al otro algo y no estar a la altura de la exigencia requerida.
Esto afecta a TODOS: Cualquier institución que desee apelar a un
cambio de patrones afianzados en el imaginario popular tendrá muchos problemas
porque el ciudadano común termina visibilizando las conductas y no las palabras
porque “somos vivos”, “la ley es para el
otro, no para mí”. Más aún si al parecer se toman medidas no tan éticas
como lo expuesto por Diario 16 donde
el Ministro solicita a los congresistas no
pedir su interpelación.
Los actos terminan por avalar conductas. Con este tipo de actos, en
especial realizado por un Ministro de Trabajo, que se supone vela por el
respeto a TODOS Y TODAS los trabajadores, el mensaje entre líneas es: “maltrata
a tus trabajadores, tú (jefe) tienes el poder, eres superior, tienes más
derechos”.
La violencia se aprende, más con el ejemplo que revela nuestra
verdadera naturaleza.
No pasar por agua tibia acciones graves: Aparentemente la ley no es
igual para todos. Más aún al revisar las frases y actos que al parecer realizó
el Ministro. Empujar a la trabajadora, fotografiar a los trabajadores y
amenazar con despedirlos. Esto refuerza la idea que el Perú es desigual y
guardar silencio no ayuda.
Los cambios sociales implican una
sensibilización y compromiso de TODOS los operadores y estamentos. Los cambios
son lentos, pero deben mantenerse constantes. Muchos mensajes sociales apelan
al ejemplo para modificar conductas. Sin embargo, cuando las altas autoridades
no están sensibilizadas ante el tema, no hay más que asumir que el mensaje es
un saludo a la tribuna a través de un globo de gas que se desinfla; mientras
las cifras de agresiones a mujeres siguen día a día en aumento. Hasta ahora
existe el pedido de una interpelación al Ministro y el silencio de las altas
esferas del poder.
Colofón
El domingo, entre gallos y media noche, se aceptó la renuncia de Villena. Poco favor se hizo; pues no existe mea culpa, se sigue minimizando el delito. Ninguna autoridad, salvo la Ministra Ana Jara, se pronunció en contra del abuso cometido. El cambio se debió a la presión mediática y política. El tema sigue de largo y hay que recordar que el papel y el vídeo, si bien aguantan todo, caen en saco roto cuando las conductas y las acciones cotidianas de todos (en especial de quienes tienen poder) van en contra de lo que se pregona.
Colofón
El domingo, entre gallos y media noche, se aceptó la renuncia de Villena. Poco favor se hizo; pues no existe mea culpa, se sigue minimizando el delito. Ninguna autoridad, salvo la Ministra Ana Jara, se pronunció en contra del abuso cometido. El cambio se debió a la presión mediática y política. El tema sigue de largo y hay que recordar que el papel y el vídeo, si bien aguantan todo, caen en saco roto cuando las conductas y las acciones cotidianas de todos (en especial de quienes tienen poder) van en contra de lo que se pregona.
Carlín exponiendo a los pseudo defensores de las mujeres.
Ya no se acuerdan de sus obras.
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