miércoles, 14 de marzo de 2012

Los valores están en ti, no en mí

Groucho Marx decía: “Yo tengo principios, pero si no te gustan tengo otros principios”; con lo cual dibujaba de cuerpo entero a las personas con moral elástica o complaciente. El periodista Augusto Álvarez Rodrich rescata esta frase tras el último “escándalo político” referido al  inusual régimen carcelario del hermanísimo Antauro Humala. A ello se suma la frase del patriarca del clan Humala, Don Isaac: “Si Ollanta no puede hacer justicia con todos, por lo menos que la haga con su hermano” lo cual salió en diversos medios e incrementó el escándalo sobre sus beneficios carcelarios y la poca nocion de equidad y justicia de un gobierno que se aleja, cada vez más, de la “gran transformación”, o quizá se está transformando en lo que muchos temían (la otra alternativa).
Encuentre 7 diferencias. Fujimori y Humala gozan de regímenes carcelarios “únicos”. Desde el tercer piso ofrece un análisis muy bueno al respecto.
Análisis políticos sobre el tema hay, y seguirá habiendo porque el asunto tiene una cola tan larga como la de una rata de cloaca. El Poder Judicial es una de las instituciones que peor imagen tiene en el país. Una encuesta realizada por el Instituto de Opinión Pública de la PUCP ofrecía datos que reafirmaban lo que muchos peruanos de a pie creen: Para ganar un juicio hay que tener dinero (46%), la justicia nunca llega (55%) y menos para los pobre, los jueces no son independientes (políticos, funcionarios públicos empresarios y periodistas u hombres de medios de comunicación los influyen).
 Para muchos peruanos la justicia es ciega, sorda, muda y corrupta.
Con este contexto, el Poder Judicial emite una serie de spots televisivos (para señal abierta y cable) sobre los valores, y cómo su enseñanza, respeto y práctica nos engrandece como personas y país. Los spots están trabajados con un aura de dramatismo para incidir en que son historias “reales”, de personas “comunes”. Utilizan la música de fondo para “engrandecer” el fin de la historia, es decir, que la persona actuó correctamente. El fondo del mensaje no es malo, la forma tampoco (algo forzada, pero cumple) Sin embargo, cuando no hay coherencia entre lo que el producto/servicio promete y lo que el consumidor recibe, se comete un error gravísimo en la comunicación; que a la larga termina mellando (aún más) la imagen del producto/servicio.  

Verdad, Ley, Justicia, Honestidad son las campañas desarrolladas que a estas alturas, contrastadas con la realidad, ya resultan irrisorias y hasta cachosas.
“El papel lo aguanta todo” y por extensión, el video también. Cuando uno trabaja proyectos de identidad corporativa (valores, creencias, misión, visión, etc.) uno de los primeros elementos capitales es que la alta dirección de la empresa esté comprometida con este cambio, y que no sea de “palabra” o como dicen “de la boca para fuera”. Los cambios externos deben reflejar la transformación que se lleva adentro; y que sea cumplida por el gerente general hasta el personal del service que trabaja en la empresa y “es parte de la misma”. De este modo, volviendo a los videos, el mensaje es: “Los valores son buenos para ti, pero no para mí” (que soy gobierno).
Estos intentos de “maquillaje” no funcionaran mientras no se haga cambios al interior, lo cual suele ser más pesado, más difícil, más largo y complicado. Los comunicadores hacemos diagnósticos, pero empezar por trabajar un mensaje cuando no hay soporte que ayude a creer en la promesa es contraproducente. Como dicen “el remedio suele ser pero que la enfermedad” más cuando solo se maquilla al enfermo y no se ataca al parásito.  


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