miércoles, 16 de enero de 2013

La felicidad publicitaria


El comienzo de año (o quincena en este caso) nos lleva a revisar aciertos, desaciertos y metas. Estas listas suelen estar llenas de promesas e intenciones. Algunos psicólogos hacen hincapié en lo importante que estas “promesas” se conviertan en acciones en el corto, mediano y largo plazo.

Es ideal que algunas de dichas acciones (promesas) nos lleven lejos de nuestra “zona de confort” a fin de poder crecer y volvernos personas más completas. La educación, valores morales y religiosos, malas experiencias…todos nos conminan a continuar viviendo en una burbuja; así como establecer nuestras prioridades y metas “para ser felices” de acuerdo a lo que se nos ha enseñado que es lo correcto, lo que debemos desear, imitar y conseguir para tener la admiración, estabilidad, reputación…felicidad.

¿Te atreves a soñar? Es un video que plantea preguntas importantes para salir de nuestra esfera de confort. Nos invita a romper el miedo para a partir de allí trazar nuevos caminos.

A partir de esta pregunta deseaba explorar que nos muestra la publicidad como esquemas de felicidad. Esta es una mirada subjetiva, y evidentemente puede complementarse con otros aportes. Tampoco es una especie de cacería de brujas; sino, al contrario, es un modesto aporte a tratar de despertar y salir de nuestros propios esquemas y zona de confort pues la publicidad expone ciertos clichés, pero también expone miradas distintas a los parámetros “mayoritarios”.

Para algunos la felicidad puede reducirse a bienes materiales. De más está decir que los medios masivos de comunicación, el cine, las series, la publicidad nos brindan modelos donde lo importante es tener bienes…como decía la canción cuánto tienes, cuánto vales…

Dentro de esta mirada, el spot sobre prevención de cáncer a la piel donde aparecía la marca del diseñador Gerardo Privat emitía un mensaje sobre la felicidad: “tengo un Privat (un vestido), joyas…lo tengo todo”.

La publicidad aún sigue enviando patrones donde la felicidad se centra en tener un producto, sin importar el cómo.

Bajo esta línea, surge un ramal donde la felicidad es “pasarla bien”. Si bien no es la única marca que lo hace, pero las cervezas suelen trabajar muchísimo sobre este tema.  No seamos moralistas. A muchas personas nos puede agradar esta perspectiva de pasarla bien. El punto es cuando solo se conmina a vivir exclusivamente en estado “feliz” sin desear mirar (o vivir) las otras facetas que tiene la vida.

La campaña española de la DGT Alcohol “verás lo que te mola” apunta, en son de ironía, a mostrar a los adolescentes “todo lo que quieren” respecto al alcohol.
Como dije no se trata de una cacería de brujas. La publicidad también muestra otras miradas respecto a la felicidad. Por ejemplo Coca Cola hace una activación en una secundaria con “la máquina de la felicidad” En este caso podemos observar que lo maravilloso de la felicidad es compartir.
Activación que sorprende, motiva, agrada y se convierte en viral.

Existen otras miradas que apuntan al corazón del peruano “chambero”. En este caso Pinturas Fast “le pone un color a tu triunfo”. El spot de mototaxi me parece muy interesante pues propone el éxito asociado a una mujer que trabaja y que se convierte en dueña de su herramienta de trabajo.
El éxito de una peruana trabajadora.
El año pasado apareció una lista sobre los países “más felices”. El estudio fue realizado por Worldwide Independent Network (WIN/Gallup International) en 58 países. El Perú estaba en el octavo puesto. Así mismo, las razones para la felicidad las determinaba la juventud, la educación y el empleo. Si bien nuestro país no tiene altos valores en estos indicadores, sí hay mejoras importantes (aunque no ideales)
Quizá lo importante, y retomando el primer video, es dejar de lado esa imagen pesimista, cambiar, salir del confort, plantearnos nuevos retos, nuevas miradas…
Al margen de las críticas que recibió en su momento, me quedo con este spot que refleja el espíritu del peruano incansable. Hemos vivido mucho en crisis, no hay que dormirnos en los laureles, pero vale soñar que se pueden más cosas…claro no solo nosotros en Lima. Lo ideal es que “todos/todas” puedan también beneficiarse de esta “felicidad” y ahí está nuestra tarea.