viernes, 28 de octubre de 2011

Macho que se respeta

El día martes 25 y miércoles 26 de octubre tuve la oportunidad de participar en un taller de masculinidades organizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA en inglés) cuya finalidad era capacitar a varones en masculinidades y prevención de la violencia de género.
En estos días de taller conocí profesionales y no profesionales, personas jóvenes y mayores, de Lima y provincias, heterosexuales y homosexuales, que pertenecían a colectivos o independientes. Por ello, mis primeras palabras son de agradecimiento por haber sido un grupo con el cual se pudo plantear diversas experiencias e interpretaciones que ayudaron a repensar en cómo somos. Quizá la primera pregunta es ¿Qué es masculinidad? ¿Existen distintos tipos de masculinidades?  
Bendita sea mi mamá por haberme parido macho
Dicen que el nacimiento de un hombre es el orgullo en el hogar. Él llevará el apellido y lo prolongará en el tiempo, dará más riqueza pues será profesional o mano de obra en las faenas del campo, tendrá acceso al poder y desde pequeño se le aleccionará para que sepa que esa es su prerrogativa.
Las referencias sobre el trato favorecido a los hombres tienen larga data, y se enraízan hasta nuestros días sin importar, muchas veces, el nivel socioeconómico, grado de educación, etnia o religión. Esta “superioridad” se ejemplifica y transmite en formas tan sutiles que, en la mayoría de ocasiones, hemos vivido o repetido sin hacer mayor reflexión al respecto. Por ejemplo las presas más grandes van para los hombres (a pesar que no trabajen tanto como las mujeres en casa), muchas veces se le eximen de trabajos domésticos, y si vive en pareja ella debe encargarse de estas labores (no importa si llega cansada de su propio trabajo). Los juegos también son formas de aleccionar a los infantes quienes consideran que deben jugar con elementos de poder como soldados, pistolas, carros o hacer pruebas de fuerza.
Cuando un niño rompe con estas normas, rápidamente el sistema trata de encauzarlo.
Como dice el cantante Lizandro Meza en su interpretación de la canción “el macho”, nosotros somos machos porque a las mujeres les gusta; perennizando nuestros comportamientos y construyéndolos desde perspectivas sobre lo que el otro (o en este caso otra) considera mejor, sexualmente mejor.
Construyendo desde la desvalorización a la mujer y la homofobia
¿Lloras? ¡Qué mujercita (o marica) eres!, “Eres una madre (refiriéndose a un mal jugador)”, “¡Son cosas de mujeres!”, “¡Ahí viene el pisado!”, “¡Para pendejo, pendejo y medio!”, “¡Qué maestro!” (Referido al infiel), “toma como hombre”, “¡A éste se le quema el arroz!”…frases como éstas las hemos dicho, las hemos escuchado o nos las han dicho alabando nuestra “masculinidad” o cuestionándola.
Chela, hembras y futbol: la síntesis masculina.
Nuestra construcción de ser hombres se basa en no ser mujeres, con toda la carga peyorativa que eso puede significar. Construyendo así un yo que a cada momento es cuestionado, que debe ser reivindicado, pues si soy emotivo no soy hombre, si no soy diestro en los deportes no soy hombre, si no soy mujeriego ni me emborracho no soy hombre, ni mujer; es “peor” soy maricón.
Esta idea de superioridad nos ha hecho desvalorizar al distinto/a como una persona (con suerte si se le considera así) de segundo o tercer orden. No valoramos argumentos, nos aferramos a conductas y estereotipos. No analizamos contextos ni circunstancias, por ejemplo ¿ir contra tu familia, tus amigos, arriesgar tu trabajo, tu casa, tu tranquilidad, que te señalen por la calle o ser burlen de ti y/o agredan y aun sabiéndolo decides defender tus principios no es valiente? ¿Acaso eso no hacen los homosexuales? ¿Acaso ellos no tienen más valor que otras personas?
Te prohíbo todo, menos la violencia
¿Cuántas veces nos han dicho “los hombres no lloran”? , ¿Pegas o no pegas? ¡Habla como hombre!, ¡Déjate de mariconadas (delicadeces)! … nosotros hemos aprendido a expresarnos, muchas veces a través de una sola forma: la violencia; y ojo no hablamos necesariamente de golpear, hay mucha violencia que ejercemos a través de las palabras, la burla, la minimización, el desprecio, etc.
No podemos llorar sin licor de por medio y menos ser afectivos. Hemos aprendido a recibir órdenes y a mandar, a ser “eternos soldados” para defender nuestro espacio; y eso está tan interiorizado en hombres y en mujeres que las actitudes de cambios deben venir desde que somos muy pequeños y ser practicadas de manera constante. A nosotros nos falta mucho en desarrollo de la inteligencia emocional (conocerla y practicarla) para poder cambiar nuestras formas de expresión.
Por la razón o por la fuerza (ira), pero la idea siempre es imponernos.
¿Algo habrás hecho no?
Recuerdo la gráfica de Sony de “todos somos jugadores” (analizada en un post anterior) y que sirve para pensar que “todos somos cazadores” y por ende “debemos proteger a nuestras mujeres”. Así cuando ellas van a salir con sus amigas, empiezan nuestros mecanismos de control “te llamo”, “te celo”, “te controlo” porque tú eres débil, porque caerás antes los demás hombres que están prestos a saltar sobre ti porque te ven vulnerable (sin un hombre).
Incluso como ya vimos el tema de la infidelidad es aceptable cuando el varón la ejerce (y no solo aceptada sino incitada) pero cuando es la mujer quien la ejecuta es considerada una mujer de la calle, que no se respeta; y el hombre SÍ tiene derecho de “limpiar su honor” (como ya se trato en otro post)
Un grupo de chicas solas ¡Necesitan un varón que las acompañe!
Así también, cuando una mujer se muestra sexy o más descubierta, y a veces sin estarlo por el solo hecho de salir a la calle como mencionaba Patricia del Río, lleva a ataques, improperios, manoseos, miradas, etc. Las hemos hecho y por ende vivimos en inseguridad y zozobra cuando nuestra pareja está lejos de nuestra “vigilancia” como si ella no pudiera valerse, tal vez mejor que nosotros, para poner en su sitio a un agresor.
Estas ideas se han perennizado por hombres a través de un sistema de poder en donde “somos quienes lo ejercemos” y, como todo sistema, buscará ejercer presión para no pensar y mantener la situación tal y como está; justificando los comportamientos de los varones, como ya mencionamos.
Los Búfalos Mojados en los Picapiedras, muestran como nuestros grupos y la sociedad, perennizan nuestras conductas y a no salirnos de ellas.
Los cambios, no solo deben venir del análisis de mujeres que denuncian su situación en una sociedad machista; también debe venir del análisis que hagan hombres en espacios de hombres, donde analicen sus conductas más profundas, se sensibilicen y vean que tipo de comportamiento han realizado y si están dispuestos a cambiar.
Probablemente no todos nacimos o crecimos en los entornos que describo. Quizá se identifican con algunas situaciones y otras le son lejanas. Tal vez todas le son propias o historias comunes a su entorno. Sin embargo, más que respuestas quiero plantear preguntas, pues el hecho de preguntarnos significa detener nuestras rutinas, a veces tan dañinas, y consultarnos ¿por qué somos así? Y, quizá más importante ¿queremos continuar de esta manera?

viernes, 21 de octubre de 2011

Perreo positivo OMG (Oh my God): Nuevos roles adolescentes

Hace unos días tuve la oportunidad de mirar un informe del programa Enemigos Públicos acerca de las nuevas formas de diversión en adolescentes: Fiestas con reggeaton. En mi opinión el tema del ritmo en sí es parte del problema; quizá su parte más visible, pero no la más importante. El baile es un elemento liberador, catártico que expresa diversos sentimientos: alegría, ira, tristeza, libertad, sensualidad, etc.  
Todas las generaciones han tenido “sus bailes prohibidos” (El Mambo, el rock & roll, la Lambada, Axe, etc.)
El cine también lo ha utilizado a través de los musicales como Amor sin Barreras o películas temáticas como Footloose, Dirty Dancing e incluso es una de las bases del cine hindú actual. El asunto a mi entender está en los elementos alrededor de esta propuesta “diversión” que trastoca lo sensual en sexual.
No seas monse, sé positiva
Un informe del programa Panorama revelaba muchos detalles de esta “nueva” forma que tienen los adolescentes para buscar diversión: Cero presencia de adultos que los supervisen, escapar del horario de clase o mentir sobre una tarea/trabajo del colegio para asistir a estas fiestas, escuchar música hip hop o reggeaton, bailar rozando los genitales y la presencia de chicas positivas.
Pero ¿qué es una chica positiva? Según foros Perú se refiere a una adolescente que hace todo lo que ellos (los chicos) quieren: bailar toda la noche perreo y que esté dispuesta a divertirse sin límites, es decir, dejarse “agarrar” (besar), tocar, e incluso tener relaciones sexuales. Ellas asisten a los llamados “tonos pera” o a las “peras malogradas”. Según una entrevista propalada por radio Capital, en los primeros participan escolares de varios colegios y es con entrada (uno o dos soles) y la segunda es más privada en donde hay una alta probabilidad de que ellos tengan relaciones sexuales.
Según el informe de Panorama el ansia de ser popular forma parte de este círculo, entre más positiva, mejor.
Éste no es un fenómeno local. Haciendo una breve revisión por internet se observa que este fenómeno ser vive en muchos países de América Latina; incluso al interior de los colegios y a vista y paciencia de los adultos. En nuestro país todavía se realiza de forma clandestina; en locales alquilados para ello o en la casa de alguno de los chicos cuyos padres están de viaje o trabajan hasta tarde. ¿Qué motiva a un adolescente a participar en estas fiestas? Lo más básico es su deseo de destacar, de ser admirado/a, de tener reputación, de ser aceptado/a y parecerse a los modelos que este mismo género promueve: hombres jóvenes rodeados de chicas “objeto” mucho blink, blink (adornos de oro) y accesorios de marca como ropa o carros.
“Miguelito el heredero”. Desde niño se van promocionando estos modelos de aprendizaje.
Así mismo, según el informe de CEDRO Tonos pera y peras malogradas un estudio cualitativo con escolares, muchas de estas adolescentes sienten mucho apego por su grupo “son su familia, las escuchan, aconsejan y protegen”; el uso del alcohol las desinhibe, les permite ser “ellas mismas” por un tiempo, y luego regresan a la “normalidad”. El punto está en que ellos y ellas van estableciendo las funciones que deben tener en la sociedad: Ellos proveen el local y el alcohol; ellas se muestran lo más atractivas y divertidas. La idea, según el informe mencionado, es pasar un rato agradable, sin compromisos, sin consecuencias; pudiendo tener relaciones sexuales “de forma espontanea”.
El peligro no tiene cara de malo
Diversas organizaciones brindan información a las y los adolescentes sobre la prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) así como el VIH. El informe de CEDRO nos refiere que sus actitudes y prácticas distan de este “prevenir y cuidarse”. Para los adolescentes el tema principal es dejarse llevar y vivir el momento. Si se intenta usar condón están “planificándolo”; haciendo que las chicas descarten tener relaciones, algo que ningún adolescente desea. Los adolescentes siguen “confiando en su buena suerte”; piensa que eso no les va a pasar. Sin embargo, las historias de mujeres y hombres que descubrieron tener VIH o una ITS tras una “noche loca” son más comunes de lo que pensamos.
El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés) lanzó la campaña "Edúcate" para prevenir comportamientos de riesgo.
Pensemos en los problemas que enfrentaran a futuro los adolescentes que serán los adultos de las próximas generaciones: embarazos no deseados, abortos clandestinos, mortalidad adolescente, ITS, VIH, deserción escolar, pocas opciones de educación superior, subempleo, bajos índices de cultura, repetición de patrones en sus hijos tenidos a edad temprana, etc. Ello ns debe hacer reflexionar sobre cómo abordar esta problemática.
Muchas aristas, pocas respuestas
Existen muchos campos que deben converger para tratar esta problemática. Por un lado el sector educación no puede hacer mucho pues los padres de estos adolescentes no responden a los llamados que hacen para conversar sobre la conducta de sus hijos; aduciendo que no tienen tiempo o que mandan al colegio a sus hijos para que los eduquen (evitarles problemas). Especialmente en las grandes unidades escolares de donde se refiere que vienen muchos de estos chicos y chicas (aunque no de forma exclusiva). De otro lado, hay que sumar que algunos adultos ingresan a este círculo de jóvenes a través de brindarles locales, licor o transporte (combis discotequeras) que puede llevar a otras situaciones como el trabajo sexual (especialmente en la modalidad de trueque, tengo sexo contigo a cambio de ropa de marca o similares – en el informe de CEDRO se deja a entrever estos casos).

Los medios matizan este problema como el “escándalo”, pero no muestran soluciones o lo hacen de una manera de juzgar la conducta del adolescente, de los padres o los maestros; no observan la situación en general porque el informe, y la atención al problema, dura lo mismo que el programa que lo emite. Así mismo se usan términos moralistas como “una manzana podrida corrompe a las otras”, como si la opción fuera sacar del colegio a quienes incurren en falta, y no se busca hablar de dialogo o cambios a mediano y largo plazo.

Más que acusar, hay que buscara soluciones integrales al problema.
Los adolescentes siguen burlándose del asunto, pensando que la preocupación es de adultos “viejos” que no los entienden, que les quieren meter miedo. Sus respuestas en los espacios virtuales pasan por risas y amenazas al que censura sus conductas. Ellos se vuelven más cautelosos y astutos para armar las fachadas de sus fiestas; no dicen el lugar sino hasta el último minuto, y para ello hacen uso de las redes sociales, mensajes de texto o llamarse por celular. Queda la interrogante para los padres: ¿Qué hacen nuestros hijos cuando no están en casa?

viernes, 14 de octubre de 2011

Las Bellas y Los Bestias 2° parte: Difundiendo modelos machistas.

Al ver las propuestas de los medios de comunicación, especialmente en señal abierta, tenemos una oferta bastante limitada: Muchos programas de entretenimiento fácil y poco espacio para el análisis, la información (más allá de las notas policiales) y la cultura. Las pasadas elecciones dejaron sinsabores muy marcados para la “libertad de expresión”. En sus “apuestas” por estilos de gobierno, los medios (o sus dueños específicamente) más parecían defender la libertad de empresa y no el derecho de información completa del ciudadano. Esto dejó como saldo la llegada y salida de personajes; así como un giro del negocio: de la información pasamos a un estado de entretención.
Diversos medios afirman que la “Novia del Mundial” formará parte del programa que reemplazará a Prensa Libre de la abogada y periodista Rosa María Palacios.

Definir quién “debe” ofrecer los contenidos es una pregunta circular, casi como responder quién fue primero ¿el huevo o la gallina? En primer lugar porque si pensamos que son los medios, éstos nos dirán (como buena empresa) que programan aquello que tiene rating, que su público quiere ver. Si pensamos que son las personas, pues el tipo de educación e idiosincrasia que tenemos se refleja en las pantallas y se perpetúan en la mente, actitudes y prácticas de las personas; que cuando cambien “obligarían” a un giro en la propuesta de los medios. No obstante, los medios van emitiendo pensamientos que alimentan la idiosincrasia de las personas, de distintos niveles socioeconómicos, que les dicen cómo es y  funciona el mundo; entre estas creencias, la relación entre hombre/mujer.
TV, publicidad, prensa….sigo siendo el rey
En el post anterior observamos las conductas asignadas a hombres y mujeres. Éstas se van metiendo en nuestros poros a través de programas (cómicos, talk shows, novelas, etc.) En este caso un ejemplo “emblemático” fueron los programas producidos por Laura Bozzo; quien mostró nuestro peor lado como sociedad. Sin embargo, pese al tiempo transcurrido, creo que no hemos cambiado mucho como población. Una serie muy popular es “Al Fondo hay Sitio”; y uno de los picos más altos de sintonía fue logrado en el capítulo donde se descubre la infidelidad de uno de los protagonistas; lo cual acarreó todo un tema de viralidad con páginas en Facebook diciendo si “eras más vivo que el personaje en cuestión” (tres páginas y algunas con dos mil fans).
Los spots de publicidad también perpetuán modelos machistas. Muchas marcas enmarcan a las mujeres en clichés. Jordi González en su libro “Usos Actuales del Marketing Sensual” nos muestra que en la publicidad dicotomizamos a la mujer entre sumisa o lasciva, esposa o amante, ama de casa o independiente,  joven o madura, sujeto u objeto, sensible o fría, responsable o alocada, etc.
Muchas marcas se quedan con estas ideas y las usan como plataformas de sus mensajes. “Mujer como objeto a conquistar” es el eterno recurso. Así desodorante Axe tiene en su historial diversos spots (billions, shower gel, excite, 2012, etc.), camisas John Holden equipara a la mujer como una prenda y perpetua la imagen del hombre exitoso que tiene “muchas conquistas o trofeos”. Otras marcas navegan en una línea delgada como Brahma o Club que siendo cervezas, usan el producto como medio para desinhibir a su público (básicamente hombres) y por ende conquistar a las mujeres. Muchas de estas marcas juegan con la “sensualidad” y en cierto modo “justifican” su performance por dirigirse a un público masculino preferentemente.
Sin embargo, hay marcas que usan el recurso de la “mujer objeto” con facilismo. Por ejemplo Nissan para su modelo Path finder muestra el atributo del producto (suspensión individual) con el rebote de los pechos de su pasajera; chocolates Snickers nos recuerda que “el hombre se comporta como nena cuando tiene hambre”, es decir, las mujeres no pueden hacer deportes y para ello utilizan una figura pública como actriz y cantante Anahi (ex RBD), las gaseosas Isaac Kola y Perú Cola aprovechan las bondades físicas de sus protagonistas para la elaboración de su propuesta de venta.
Muchos spots publicitarios con mensajes sexistas son parodiados en programas cómicos por ejemplo los casos de Perú Chola o Thrama.
La prensa no se queda atrás con sus “chicas” en la parte final del diario, sea todos los días o en su edición dominical; no importando si se trata de una publicación de corte popular o más bien “informativa”; sea voluptuosa o modelo de pasarela, la fila de curiosos frente a un puesto de periódico nos regala las mismas expresiones.
Cambiando la letra
Sería mojigato de mi parte pensar en satanizar este recurso. La sensualidad como tal no es un elemento “maligno”. No obstante, cuando el mensaje ayuda a perpetuar un estereotipo y termina por considerársele una forma válida de comportamiento es momento de plantearnos ¿qué estamos haciendo? Por ejemplo una campaña de prevención del cáncer de mama usa a los hombres como objetos, y son ellos los que exhiben sus cuerpos. Sin embargo si esto perpetuara conductas “feministas” para hacer que los hombres seamos “acosados” en las calles por cualquier mujer que cree que tiene el derecho de decirnos lo que quiera por el solo hecho de salir a la calle, cambiaria la cosa ¿no?
El colectivo FEM TV es una iniciativa ciudadana que premia a la publicidad que valora a la mujer y critica aquella que perpetua mensajes que la degradan. Creo que gracias a este trabajo de alerta diversas marcas han ido dando un giro a sus mensajes como cerveza Cristal que tenía una serie de spots de mujer objeto (caricias, abuelitos, sirenas, sonámbulas, gatitas, muñecas, fantasmas, etc.) y paso a trabajar mensajes unidos más a la creatividad del peruano, la unión o la patria.
Como mencionaba Jorge Bruce en su artículo “Vivir en estado play” creativos publicitarios, sus jefes y clientes revisan estos mensajes; creen que no “ofenden a nadie” porque ese no es su público (muchas veces hombres) Sin embargo, no es ético hacer comunicación hablando mal de otro grupo. El INDECOPI y ANDA han presentado casos de marcas cuya intención “jamás” fue ofender a nadie. A pesar de ello, decir que si no se tiene tal producto eres menos, que tal profesión es de menor nivel o que tal público tiene cierta característica porque “todos lo dicen” no hacen sino perpetuar dichas ideas.    
En el caso del feminicidio, muchas marcas perennizan estereotipos de comportamiento en hombres y mujeres, que se aprenden desde niños, se incentivan en la adolescencia, se perpetuán en la adultez, y “justifican” un momento de ira que suele acabar con la vida de una mujer, cuya pareja creía ser su dueño, que pensó que ella estaba haciendo mal por cortar la relación, negarse a tener relaciones sexuales, llegar tarde o “no servirle la comida”. La cultura puede cambiar, con tiempo, verdaderas intenciones políticas (no demagogias), pero nosotros; quienes hemos tenido “acceso a mejor educación” ¿no estamos en la obligación moral de hacer un giro? ¿Acaso no somos suficientemente creativos para usar otros recursos? ¿No podemos persuadir y/o educar a nuestros clientes? Quizá sea una utopía, pero muchos cambios en la sociedad empezaron como sueños imposibles.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Las Bellas y Los Bestias: Cuando el feminicidio no es un cuento de hadas.

“Para muchas mujeres salir a las calles suele convertirse en una cuestión de riesgo: Piropos, miradas, tocamientos, entre otros, están justificados por el simple hecho de ser mujeres”. Así lo definía la periodista Patricia del Rio. A esta situación habría que sumarle el hecho que el hombre se cree con derecho sobre la vida de “su mujer”; desarrollando conductas violentas (físicas y/o psicológicas) las cuales pueden derivar en la muerte de ésta.
La ONG Flora Tristán en su texto “La violencia contra la mujer: Feminicidio en el Perú”, recoge la definición de Marcela Largade, teórica feminista, antropóloga y diputada mexicana:”El feminicidio se refiere a las prácticas sociales que permiten atentados contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres”. Según el Centro de Ginebra para el Control Democrático de las Fuerzas Armadas (DCAF) tenemos diversas formas como: Abortos de fetos de niñas e infanticidio de mujeres en países en donde se prefiere a los varones, negación de comida y atención médica a las mujeres de una familia para destinar los mismos a los hombres, asesinatos de “honor” y muertes de dote en culturas donde la mujer no es reconocida como tal ni posee derechos, tráfico sexual, violencia doméstica, violencia de género.


Muchas niñas en China son abortadas o abandonadas por razones de género.

Según el Observatorio de Criminalidad, en su informe sobre Feminicidio de enero a julio del 2011, nuestro país recoge cifras alarmantes:
  • Cada mes en el Perú mueren 10 mujeres a manos de sus parejas, ex parejas o familiares.
  • El promedio de edad de las victimas es de 25 a 34 años.
  • El 37.4% de mujeres fue presuntamente asesinada por su pareja o ex pareja hombre, mientras que el 1.8% de hombres fue asesinado por su pareja o ex pareja mujer (consolidado años 2009 - 2010).
  • Una de cada 10 víctimas estaba embarazada.
  • El 58.7% de las víctimas fue asesinada en su casa.
  • 1 de cada 10 víctimas presentó una denuncia por violencia familiar en el Ministerio Público.
Las razones por las cuales el hombre desarrolla esta conducta son muy variadas: Crecer con ejemplos de violencia en casa (padre violento y madre sumisa), violencia aprendida en las escuelas permitir este tipo de conductas en la escuela, y en patrones aprendidos en la religión, la cultura, los medios de comunicación, las políticas del Estado (en materia de salud, educación, el marco jurídico, etc.), entre otras.

“Deporte Nacional” las cifras de feminicidio y ataques contra mujeres van en subida; y son perpetuadas por conductas de jueces, policías, educadores e incluso personal de salud.
Se perdona el pecado, pero no el escándalo
La violencia contra la mujer es, de una manera cruel, bastante democrática. No hace distingos de raza, credo, edad, educación ni condición social. Es cierto que existe una mayor incidencia y predisposición cuando se trata de mujeres en estado de pobreza, jóvenes, de provincia, con poca educación e independencia económica. Sin embargo, se han reportado casos de mujeres universitarias (con diplomados o doctorados) y de niveles socioeconómicos altos. Tal vez se deba a que muchas mujeres, sin importar la condición social, han sido educadas pensando que es correcto soportar infidelidades, maltratos, vivir supeditada a los permisos que otorgue la pareja, que él administre el dinero, etc.
Esas interiorizaciones vienen desde las formas más antiguas como las historias donde “el príncipe azul” llegará para convertir a la princesa en reina, es decir, la dependencia de un varón para que ella sea un ser completo. Así como las sanciones a las actitudes poco femeninas como jugar al fútbol, trepar árboles, usar carritos, etc.  


Aún se discrimina a las niñas practican juegos masculinos.
Esta idea ha sido adquirida, y reforzada, en la más tierna infancia. Muchas mujeres buscan al dichoso príncipe; sin observar los detalles de la “bestia” que éste lleva en su interior. Ellas, con la esperanza que se convierta en el susodicho príncipe, perdonan y justifican actitudes; esperando el tan ansiado cambio que nunca llega. Puesto que mientras que a ella la educaron para “soportar”, a muchos hombres los educaron para creer que es correcta, y justificada, sus actitudes violentas para “tratar con violencia a una mujer y que ésta sepa cuál es su lugar”.
Para algunos no es lo más importarte evitar estos conflictos; sino que son minimizados con frases como “esos conflictos (y agresiones) los tiene toda pareja” y mientras  se queden en la intimidad de la alcoba estará bien. La consigna es que hay que preservar las uniones por sobre todo- o al menos así afirman algunos grupos ultra conservadores.


“Si no eres mía no serás de nadie” Frase de Porta que evidencia la deconstrucción del cuento de hadas.

La publicidad y los medios de comunicación tienen mucho que ver en la construcción de estas conductas. Abordar este tema da para muchísimo, entre ejemplos, anti ejemplos y soluciones. Por ello lo dejaré para una segunda entrega, pero para ir allanado el terreno, les dejo una publicidad reciente: Una “metida de pata” de esas que vemos en la publicidad, que pasa por las autorizaciones de clientes y agencias; saliendo a los soportes bajo la forma de “bromas o recursos” que no hacen más que perpetuar ciertos mensajes.

Muchos comunicadores le hablan solo a su público objetivo, pero la comunicación es vista por todos. Así se perpetuán modelos de discriminación y desvalorización de la mujer.