Como muchos estaba mirando el partido Perú- Uruguay, y me sorprendió observar a Juan Carlos Oblitas, ex seleccionado de fútbol, en un spot de la Sociedad Nacional de Minería, con un argumento bastante cuestionable: “En el Perú se pagan mucho más impuestos que en Chile, y por eso ellos también nos ganan en minería, así como en fútbol”.
¿Error de calculo o una fina jugada? El spot dio en la llaga, pues la selección había perdido contra Chile y, curiosidades de la vida, también perdió contra Uruguay; por lo cual se le denominó como “el aviso que saló a la selección”. De este modo, alcanzó una fama inusitada en twitter, facebook y en cuanto espacio pudiera ser comentado; y bien pudo haber sido la intención, es decir, poner el tema en el ojo público. Los argumentos para criticar al spot, a mí entender, van por cuatro frentes:
El primero es el emisor del mensaje. El sector minero siempre es controversial. La Defensoría del Pueblo, calculó en 217 el número actual de conflictos sociales, y de éstos 118 son socio ambientales; siendo los más sonados los acontecidos en este gobierno: Bagua, Arequipa y Puno. A pesar de sus intentos por mostrar las bondades de sus inversiones en nuestro país, la minería sigue teniendo la imagen de responder solo a grupos de poder que depredan el medio ambiente, que negocian por debajo de la mesa para lograr sus intereses y que velan exclusivamente por su crecimiento económico; con lo cual el mensaje ya de por sí crea una animadversión en los oyentes.
Spots como piscigranja, vaquita, taxista e infraestructura tratan de mostrar las bondades de la inversión minera.
El segundo punto es el cuestionamiento a las cifras emitidas. El spot menciona que Chile está en el puesto 8 para atraer inversión y Perú en el 48. Sin embargo, en las redes sociales circulaba otra información que nos coloca en el puesto cinco, por encima de Chile. Más leña para el debate por la “imprecisión” o “manipulación” de fuentes, pero que, en definitiva, no ayudaba al mensaje.
En tercer lugar, no tener un argumento racional más allá de alimentar la xenofobía contra Chile; cuya situación con nosotros es bastante tensa pues hacía poco se emitió un spot promocional donde ofrecían como suyos diversos platos peruanos. Además, hay una larga lista de empresas de capitales chilenos que invierten en nuestro país; lo cual alborota la reciente estabilidad económica adquirida tras los nombramientos en puestos claves en el sector economía en el nuevo gobierno.
En cuarto lugar, aunque para algunos era el primero, el vocero del mensaje: Juan Carlos Oblitas. Nadie niega que Oblitas pueda ser contratado para dar un mensaje de cualquier producto. Sin embargo, para escoger a estas figuras se toman criterios como su vigencia y popularidad; factores que no han estado muy unidos con Oblitas debido a su mala campaña como entrenador y dirigente de Sporting Cristal- en los últimos años ganó más antipatías que elogios.
Nano Guerra García subsana algunos errores de la campaña: Vocero y razón para creer.
Sin embargo, las aguas ya se agitaron y la respuesta algo tardía, a mi parecer, no evitó la parodia a cargo del Tano Pasman, así como sendos dibujos de Álvaro Portales. Mientras la Sociedad Nacional de Minería tuvo que cerrar la opción de comentarios en su página de facebook y ha evadido responder a la prensa. Gustavo Rodríguez, creativo a cargo de la campaña, en su blog pidió las disculpas del caso por el recurso empleado, mas no por el mensaje; lo cual sigue siendo el problema de la campaña (vale leer los comentarios al respecto).
Forma y fondo son criticados en esta campaña.
¿Cuál es la minería que todos queremos? Una que vele por los derechos de unos cuantos y presione mediáticamente a través de empresarios y figuras reconocidas; o una que realmente cuide el medio ambiente, que no deje una estela de pueblos fantasmas, que vea al poblador, y sus nociones de desarrollo, con equidad y no como si fueran unos ignorantes.
La visión de equidad y desarrollo, el centro del problema- al estilo de Carlín.
Además al hablar de la minería, no hablamos solo de la grande y mediana minería; también está la pequeña e informal que, al ser menos regulada, es más contaminante y tiene problemas circundantes más fuertes como la trata de personas, el comercio sexual, el narcotráfico, las mafias, entre otras. Como vemos este es un tema que no se agota aquí, y demandará al nuevo gobierno un trabajo muy fino y constante en materia de comunicación.
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