domingo, 1 de septiembre de 2013

Don´t drive here: Las marcas comerciales pueden hacer campañas sociales


Desde hace algunas semanas ha circulado como noticia uno de los capítulos del programa de Discovery Channel Don´t Drive Here. El programa capta, en esencia, los problemas que viven a diario las personas de las ciudades con el tráfico más caótico. Las ciudades que hasta el momento han aparecido: Nueva Delhi (India), Bangkok (Tailandia), Ciudad de México, Manila (Filipinas), Lima (Perú) y Ulan Bator (Mongolia).


Capítulo de 44 minutos muestra lo caótico que es conducir en Lima.

El conductor del programa, Andrew Younghusband, expone cifras sobre el número de accidentes, del excesivo parque automotor, etc. Además, hizo incidencia en el tipo de examen que se realiza a los postulantes a conductor, en términos simples, “de risa” pues no mide la capacidad de manejar situaciones de stress que se viven a diario en las pistas limeñas – La ONG Luz Ámbar es más incisiva al respecto en especial en cuestionar la calidad de los centros donde se toman dichos exámenes.

Las redes hicieron lo propio,  en especial en afirmar que esta situación no es novedad, que es una vergüenza de nuestro país sea reconocido por ello, que decirlo sería antipatriota o haciendo referencia a una campaña publicitaria (que se tratará más adelante)
 
Las redes exponiendo diversas reacciones sobre el tema.

Particularmente, rasgarnos las vestiduras por este documental me parece innecesario. Demuestra parte de una realidad a la que nos hemos acostumbrado, pero que no hemos analizado en todas sus aristas. Una serie de informes de INFOS (Los malos de la película, Tres mitos de las combis y las rutas de la corrupción entre otros) revelan datos importantes sobre los pagos que realizan a diario los choferes de combi, la corrupción en acceder a las rutas, el monopolio de ciertas empresas, los puntos más críticos de tráfico de Lima y los problemas unidos a este y los intereses por entorpecer cualquier reforma venga de donde venga.

Lima es una ciudad pensada para el auto, no para el peatón. Sin embargo, somos los peatones los más afectados. ¿Por qué no tomar acciones al respecto? Existen algunas iniciativas al respecto como las desarrolladas por Tráfico Lima o Luz Ámbar. Sin embargo, qué sucedería si una marca comercial propone estos cambios para Lima, y alienta a desarrollarlos. Everlast intentó tocar el tema con el  spot el Guantazo donde, en líneas generales la idea era salir a las calles y hacer nuestra propia ley para que nos respeten – tal como lo hace su estrella Natalia Málaga. Al respecto Milton Vela y Augusto Townsend han realizado muy buenos análisis.

El Guantazo ¿oportunidad perdida?

Si bien, a mi parecer esta campaña no fue llevada adecuadamente, existen campañas de marcas reconocidas y exitosas que “se compran” problemas alejados (algunos más y algunos menos) de su propuesta de valor. Por ejemplo, Nescafé promueve buenos hábitos en general, Coca Cola está promocionando los valores con su viral “la billetera de la felicidad”, Pedigree hace lo propio al incentivar las adopciones de animales de la calle (Bad dog, Good dog),  Avon sensibiliza sobre el cáncer de mama y Dove ayuda a a mejorar la autoestima de las mujeres a través de la campaña sketches.

Hay marcas que van más allá de su propuesta de valor. Apuntan a un consumidor que les exige más que un buen producto.

Más que pensar en lo bueno o malo que puede dejarnos un informe, pensemos en qué le exigimos a las marcas. Y los que nos dedicamos a planificar campañas o desarrollar mensajes estemos alertas pues nuestro público (hoy prosumer)  nos exige más de los productos que consume y su compromiso con el entorno.

 

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