lunes, 28 de octubre de 2013

¿Tu vanidad qué animal mató hoy?

 
Hace poco leí la noticia donde 80 activistas ingresaron al Instituto Royal en Sao Paulo, Brasil para liberar 178 perros que eran usados para experimentos en medicina y cosmética. Según las leyes en Brasil el delito no es el uso de animales; sino ingresar y liberarlos del destino que esta empresa tenía reservado para ellos: la vivisección (disección de un animal cuando aún está vivo)

Algunas imágenes del rescate de estos animales (Fuente La República)
Hay tres puntos a considerar en este análisis: Primero el papel de las empresas; segundo, el rol de la publicidad y tercero, las decisiones del consumidor. Las empresas continúan experimentando con animales porque les es más barato, ocasiona menos escándalos y porque lograron legalizarlo a través de lobbies. Por otro lado, la publicidad sigue en su rol de hacer que las personas deseen alcanzar, los siempre lejanos, estándares de belleza que proponen las marcas dedicadas a este rubro. Por último, tenemos al consumidor/a que usa marcas sin cuestionarse qué tipo de conductas tiene el fabricante… aunque me pregunto si ¿esto sigue siendo así?
El consumidor ha cambiado. Ahora se preocupa sobre los ingredientes y procesos de elaboración de los productos que usa, cómo se trata al personal de la empresa, etc. Según Faustino García existen siete tipos de consumidores: consciente, informado, crítico, saludable, sustentable, solidario y activo.  

 
Hoy tenemos un consumidor  más informado, crítico, saludable y sustentable.
Bajo esta lógica, este consumidor o prosumer, ya no se contenta con lo que la marca le ofrece. Busca, produce y comparte contenidos sobre su marca para felicitarla, fiscalizarla o penalizarla cuando comete alguna falta. Este consumidor/a no trabaja solo, se reúne con otras personas con quienes comparte intereses, contacta a líderes de opinión, desarrolla mensajes y los comparte a través de sus redes sociales.
Sin embargo, aún existen consumidores desinformados o, peor aún, insensibilizados- más aún sobre el tema de experimentación con animales. En el primer caso, muchas personas no saben de las terribles condiciones a las cuales son sometidos estos animales. Ante esto, sugiero revisar The truth about animal testing in our daily lives. Una vez teniendo en claro las inhumanas condiciones, las personas pueden preguntar ¿qué marcas realizan este tipo de acciones? Diversos activistas han recopilado listas sobre marcas que usan y no usan animales en sus pruebas. Según ADEA y Ecoosfera la lista de marcas y productos es muy amplia. No obstante, muchas personas continúan usando estos productos.
Al preguntar las razones de esta indiferencia, podremos suponer que se trata de falta de continuidad o impacto en el mensaje. Sin embargo, diversas asociaciones de activistas en el mundo protestan y ejecutan acciones, legales e ilegales, contra esta problemática. Así mismo, diversos líderes de opinión dan su imagen para apoyar campañas de información y sensibilización contra el maltrato animal. Por ejemplo en el portal Solo buenas noticias, el actor Norman Reedus quien personifica a Darryl en la serie The Walking dead, dice que “decenas de países de todo el mundo están superando a los EE.UU. al convertirse en naciones libres de crueldad, prohibiendo las pruebas de cosméticos en animales. Nadie quiere conejos o cobayas que sufran por nuestra vanidad”  
Diversas campañas apelan al tema profundo y que inhibe al consumidor al cambio: vanidad.

Las imágenes que se observan en internet son duras e impactantes. A pesar de ello, el uso de estos productos continúa. ¿Cuál puede ser la causa? El problema de fondo es combatir la vanidad. ¿Cómo pedirle a una persona que deje de usar ese producto que la hace verse tan bien, que le otorga miradas, reconocimiento, aumento de la autoestima? por un animal que no logran ver. Nuestra belleza no debe costar el sufrimiento de otro ser vivo. ¿Qué sucedería si se experimenta con humanos?
Una representación para que la gente pudiera ver como se sienten los animales cuando se experimenta con ellos.

Desde nuestro rol de consumidores podemos decidir qué marca comprar y cual no. Informemos, compartamos estos datos e insistamos en no comprar estos productos. Mira a tu mascota y piensa que pudo tener ese destino. Mírate al espejo y piensa en que sucedería si tuvieses ese final. Hay marcas que no experimentan, y tienen tan buenos productos como los que sí experimentan. ¿A cuál beneficiarás con tu siguiente compra?



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