jueves, 20 de marzo de 2014

¿Marcha por la vida?: Cuando la cuestión no es en blanco y negro

Un colega me decía: “en publicidad los temas que siempre sacarán chispas son: fútbol, religión, política y sexo”. Por ende, un tema como la despenalización del aborto, ofrece una complejidad para cualquier análisis comunicativo.

Hoy y mañana se realiza la “marcha por la vida”, como menciona Ricardo Chorongo en su cuenta de Facebook, no es una marcha contra el crimen, contra el abuso, contra los hombres violentos que abandonan a sus hijos, contra el ex presidentes corruptos, contra el médico que esterilizó a miles contra su voluntad o contra el sacerdote violador; sino contra la aprobación del protocolo de aborto terapéutico.

En nuestro país el aborto es ILEGAL. Como refiere la periodista Patricia del Río, la interrupción de una vida no es un tema fácil y muchas mujeres deben afrontarlo solas porque “fue su culpa no haberse cuidado”. Convencer al otro que la mujer ultrajada no quiere llevar por 9 meses a esa criatura producto de la violencia (incluso de su padre) suele convertirse en una tarea casi imposible. Así como decir que la criatura en el vientre es la más indefensa y merece más protección, será complicado para aquellos que apelan a que la vida de la madre tiene igual derecho que la vida de aquella criatura que aún no nace.


El primer punto es empatía algo que pocas veces se tiene cuando se discute estos temas “estás conmigo o contra mí”. Las frases esgrimidas apelan a nuestro lado más visceral. Sin embargo, revelan puntos del problema que no se han tomado desde el lado de aquellos que consideran el tema “pro vida” como el sexismo “tú te emborrachaste eres puta” (la mujer es la culpable, nunca el hombre) y los derechos dependerán de tus ingresos. 

Frases de diversas personas a favor o en contra del tema de la marcha. Utero.pe propuso a sus seguidores el tema obteniendo otras miradas.

El segundo punto son los sentimientos versus la estadística. La campaña publicitaria de la marcha por la vida apela al niño que todos llevamos dentro y a lo bonito que ha sido esta etapa. Partimos de evitar generalizaciones. La niñez en nuestro país no es color de rosa para todos. Debería, pero no lo es. Muchos niños, niñas y adolescentes trabajan, dejan de estudiar, son el sostén de su familia porque nunca conocieron a su padre, muchas niñas son violentadas de manera sistemática por sus familiares. Su niñez es una etapa que no les provoca gratos recuerdos.

Así mismo, la estadística del Ministerio de Salud nos dice que 4.423 adolescentes ya fueron madres o estaban embarazadas por primera vez a mediados del 2013, y de las muertes maternas notificadas en el 2012, el 9,6% (41 casos) eran adolescentes de 12 a 17 años. A esto hay que agregar que son las cifras de las que se tiene conocimiento. Cuántas adolescentes habrán asistido a consultorios clandestinos exponiendo su vida porque convencidas que abortar era mejor que vivir con una criatura por la que la echaran de la casa, de la escuela…truncarán sus estudios, su vida y estarán solas- los centros de atención del Estado no son conocidos, no tienen abasto suficiente y le dicen a la menor “regresa a tu casa”. 

Infografía de La República sobre el problema del embarazo adolescente. No basta solo tener una mirada.

De otro lado, Daniel Ávila del portal La Mula.pe reflexiona sobre los grupos tras la campaña. En esta encontramos empresas, grupos de telecomunicación, universidades, y municipalidades. Una empresa privada tiene todo el derecho de apoyar la causa que desee, lo mismo podría decirse de un medio de comunicación (aunque uno debería tener reparos con el tema de la imparcialidad) Sin embargo, un municipio es un ente público que representa a todas las personas quienes apoyan a la marcha y quiénes no. ¿Todos los contribuyentes de Magdalena, Pueblo Libre y Jesús María apoyan la marcha? Es un tema discutible.

Auspiciadoras del evento “Marcha por la Vida”- fuente La Mula.pe

En síntesis, abortar no es una decisión fácil. Ninguna mujer es feliz diciendo “voy a abortar” y piensa que se va a sacar una muela. Es una decisión que deja secuelas físicas y psicológicas. Es muy loable y corajudo aquellas parejas (o madres) que teniendo todo en contra, incluyendo la poca o nula presencia del Estado, decidan enfrentarse a su familia, a la sociedad que la margina y discrimina (“esa criatura embarazada”), a los retos de continuar con sus estudios (de ser posible) y/o trabajar para tratar de darle una buena calidad de vida a esa criatura. 

Ojalá nuestras reacciones fueran como lo propone esta marca, pero no siempre es así.

Sin embargo, en nuestro país SÍ hay mujeres que pueden abortar en condiciones seguras, en clínicas de prestigio que lo hacen de manera clandestina (por un pago o contactos) o viajan al extranjero donde es legal hacerlo. Aquellas que no tienen dinero, no pueden acceder a una píldora de emergencia y solo les quedan el yerbero, ir a los anuncios de “atraso menstrual” o una serie de variantes de las más terribles (pastillas, rodar escaleras, clavarse palillos de tejer, etc.) esa es una gran diferencia sobre la que se debe reflexionar y gestionar una mirada más amplia del problema en vez de dicotomizarlo y pensar que estás a favor de la vida o la muerte. 


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