miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿Adónde van los desaparecidos?


El 30 de agosto se celebró el Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas. Este tema hace surgir un personaje en mi mente: Ernesto X. Él puede ser tu amigo, tu compañero de trabajo o de clases, con quien compartes el asiento del bus, puedes ser tú, puedo ser yo. Su familia puede ser la tuya o la mía. Él es el protagonista de una canción llamada Desapariciones, que la escuché en la voz del gran Rubén Blades; como un himno que hermana, tristemente, a distintos países.
"Desaparecidos" Un himno para todos los países que han sufrido esta tragedia.
 
Esta práctica tan antigua sigue siendo usada, de manera sistemática y justificada, por diversos países; incluyendo los regímenes democráticos. La figura es como sigue: Una fuerza del gobierno (militar, policial o paramilitar) te detiene en la calle, tu trabajo o tu casa, y nadie te vuelve a ver. Se asume que en un cuartel o un descampado te torturan y ejecutan.
Las figuras recurrentes para avalar estas prácticas son las mismas: Sospechas de ataque contra el Estado, ergo pensar diferente. Como establece Amnistía Internacional, las víctimas no son solo los que sufren las desapariciones: Familiares, amigos, compañeros de trabajo, hasta la misma comunidad se pregunta ¿Cuándo me tocará? Esta sensación de impunidad se acrecienta cuando los gobiernos se niegan a dar información, los familiares prefieren callar por temor a las represalias y no existen leyes que ayuden a resolver los casos. Este tipo de gobiernos son retratados en V for Vendetta: un comic espectacular de Alan Moore de mediados de los años 80, y llevado al cine por los hermanos Wachowski (triología de Matrix).
V for Vendetta retrata un estado totalitario basado en el miedo.
Las personas no deben temer a sus gobernantes; sino al revés
En nuestro país, actitudes como la parsimonia y el miedo se reflejaron en la guerra que se vivió en la época terrorista. Lima no fue consciente de la magnitud de Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) hasta que sucedieron los atentados en Tarata y Frecuencia Latina. Antes de ellos, muchos compatriotas en los Andes y la Selva eran secuestrados de sus hogares, ajusticiados, muertos sin tumba de quienes aún no se sabe toda la verdad sobre quiénes hicieron ese acto. No se conoce si fue el MRTA, SL o comandos paramilitares.
Los toques de queda, las batidas, las universidades nacionales y penales donde hondeaban las banderas terroristas son imágenes que se quedaron grabadas en una generación; así como la recuperación de las universidades por miembros del ejército y la captura de Abimael Guzmán. Sin embargo, al ir recuperando la democracia, se oyen voces más fuertes sobre excesos, sobre atropellos a los derechos más básicos, sobre detenciones bajo sospechas. Los casos de La Cantuta y Barrios Altos aún siguen siendo reflejo de una estrategia simple, de atacar primero, preguntar después y callar a los deudos.

"La Cantuta en la Boca del Diablo" Un documental que nos recuerda los resultados cuando se busca es el camino fácil.
Claro, es muy probable que en una situación así mucho digan que era necesario. Sí, también lo pensé. No obstante, conforme veo más y más casos, encuentro más terrible la forma tan poco inteligente con la que se llevó a cabo esta guerra. Familias desintegradas del todo, sin un delito aparente, o un testimonio de alguien que bajo tortura dirá lo que sea y acusará a quien sea con tal de cumplir con una cuota de nombres (no olvidemos este detalle).
Estamos muy lejos de haber llegado a cerrar el tema respecto al papel de los militares en la Guerra Anti subversión, más lejos todavía de haber tratado con justicia a estos pobladores pues no se ha logrado celeridad en los juicios, sanción a los culpables ni reparación a las víctimas. Por ello, las declaraciones del Ministro de Defensa, Daniel Mora, sobre hacer un “acuerdo de punto final y reconciliación” están muy lejos de llegar a buen puerto, al menos no para las familias que exigen sanciones para quienes solo exigen justicia y castigo.
Como mencionó el Ministro Mora, es posible que hayan tergiversado sus palabras. Sin embargo, las pasadas elecciones dejaron en claro que aún se sigue mirando al otro (especialmente al poblador del Ande y la Selva) como personas de segunda categoría. Por lo tanto, no podemos hablar de justicia ni de equidad cuando no hemos podido aún mirar de frente esa herida, curarla y ayudar en la recuperación. Como dicen “las poblaciones que no conocen su historia, están condenadas a repetir sus errores”.
Si en definitiva buscamos curar heridas, un tema crucial para lograrlo es la correcta administración de justicia. En nuestro país ésta es un bien que se torna inalcanzable, incluso para los más poderosos (basta recordar el caso Utopía). Incluso en esto nuestro actual presidente, Ollanta Humala, tiene rabo de paja por los casos Madre Mía y el Andahuaylazo- hasta el momento ha tratado de dar muestras de imparcialidad y responder a los llamados a declarar, aunque quedan dudas si hubo o no compra de testigos. Si hablamos de justicia, es inevitable hablar de sanción para los culpables y reparación para las víctimas. En este caso, el trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) resaltó las violaciones a los Derechos Humanos cometidas en los gobiernos de Alberto Fujimori, Alan García y Fernando Belaunde. Sin embargo, solo se enjuició al primero de ellos, mas no se ha tocado el tema, al menos no con intención real, en los otros dos casos (más por cuestiones políticas).
La matanza de "El Frontón" fue declarado caso cerrado, aunque muchos todavía consideran que es una muestra fehaciente de cómo la justica sirve al gobierno de turno.

“La memoria sana, la justicia repara”, será una de tantas frases mientras no miremos el problema del “otro” como propio, mientras no nos conmovamos y exijamos que se trate a los detenidos como personas y no como objetos. Mientras no entendamos, como decía Dostoievski, que "el grado de civilización de una sociedad se mide por sus cárceles", quedará hacernos la pregunta ¿Quién lo pierde primero su humanidad, el preso que cometió un delito cruel o el que lo captura y lo somete a la misma pena? ¿Se gana algo con ello? ¿Se logra verdadera justicia?

Magistral Kevin Bacón en "Sentencia de Muerte". La justicia tomada por mano propia, y todas las consecuencias para quienes más queremos.

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