miércoles, 5 de octubre de 2011

Las Bellas y Los Bestias: Cuando el feminicidio no es un cuento de hadas.

“Para muchas mujeres salir a las calles suele convertirse en una cuestión de riesgo: Piropos, miradas, tocamientos, entre otros, están justificados por el simple hecho de ser mujeres”. Así lo definía la periodista Patricia del Rio. A esta situación habría que sumarle el hecho que el hombre se cree con derecho sobre la vida de “su mujer”; desarrollando conductas violentas (físicas y/o psicológicas) las cuales pueden derivar en la muerte de ésta.
La ONG Flora Tristán en su texto “La violencia contra la mujer: Feminicidio en el Perú”, recoge la definición de Marcela Largade, teórica feminista, antropóloga y diputada mexicana:”El feminicidio se refiere a las prácticas sociales que permiten atentados contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres”. Según el Centro de Ginebra para el Control Democrático de las Fuerzas Armadas (DCAF) tenemos diversas formas como: Abortos de fetos de niñas e infanticidio de mujeres en países en donde se prefiere a los varones, negación de comida y atención médica a las mujeres de una familia para destinar los mismos a los hombres, asesinatos de “honor” y muertes de dote en culturas donde la mujer no es reconocida como tal ni posee derechos, tráfico sexual, violencia doméstica, violencia de género.


Muchas niñas en China son abortadas o abandonadas por razones de género.

Según el Observatorio de Criminalidad, en su informe sobre Feminicidio de enero a julio del 2011, nuestro país recoge cifras alarmantes:
  • Cada mes en el Perú mueren 10 mujeres a manos de sus parejas, ex parejas o familiares.
  • El promedio de edad de las victimas es de 25 a 34 años.
  • El 37.4% de mujeres fue presuntamente asesinada por su pareja o ex pareja hombre, mientras que el 1.8% de hombres fue asesinado por su pareja o ex pareja mujer (consolidado años 2009 - 2010).
  • Una de cada 10 víctimas estaba embarazada.
  • El 58.7% de las víctimas fue asesinada en su casa.
  • 1 de cada 10 víctimas presentó una denuncia por violencia familiar en el Ministerio Público.
Las razones por las cuales el hombre desarrolla esta conducta son muy variadas: Crecer con ejemplos de violencia en casa (padre violento y madre sumisa), violencia aprendida en las escuelas permitir este tipo de conductas en la escuela, y en patrones aprendidos en la religión, la cultura, los medios de comunicación, las políticas del Estado (en materia de salud, educación, el marco jurídico, etc.), entre otras.

“Deporte Nacional” las cifras de feminicidio y ataques contra mujeres van en subida; y son perpetuadas por conductas de jueces, policías, educadores e incluso personal de salud.
Se perdona el pecado, pero no el escándalo
La violencia contra la mujer es, de una manera cruel, bastante democrática. No hace distingos de raza, credo, edad, educación ni condición social. Es cierto que existe una mayor incidencia y predisposición cuando se trata de mujeres en estado de pobreza, jóvenes, de provincia, con poca educación e independencia económica. Sin embargo, se han reportado casos de mujeres universitarias (con diplomados o doctorados) y de niveles socioeconómicos altos. Tal vez se deba a que muchas mujeres, sin importar la condición social, han sido educadas pensando que es correcto soportar infidelidades, maltratos, vivir supeditada a los permisos que otorgue la pareja, que él administre el dinero, etc.
Esas interiorizaciones vienen desde las formas más antiguas como las historias donde “el príncipe azul” llegará para convertir a la princesa en reina, es decir, la dependencia de un varón para que ella sea un ser completo. Así como las sanciones a las actitudes poco femeninas como jugar al fútbol, trepar árboles, usar carritos, etc.  


Aún se discrimina a las niñas practican juegos masculinos.
Esta idea ha sido adquirida, y reforzada, en la más tierna infancia. Muchas mujeres buscan al dichoso príncipe; sin observar los detalles de la “bestia” que éste lleva en su interior. Ellas, con la esperanza que se convierta en el susodicho príncipe, perdonan y justifican actitudes; esperando el tan ansiado cambio que nunca llega. Puesto que mientras que a ella la educaron para “soportar”, a muchos hombres los educaron para creer que es correcta, y justificada, sus actitudes violentas para “tratar con violencia a una mujer y que ésta sepa cuál es su lugar”.
Para algunos no es lo más importarte evitar estos conflictos; sino que son minimizados con frases como “esos conflictos (y agresiones) los tiene toda pareja” y mientras  se queden en la intimidad de la alcoba estará bien. La consigna es que hay que preservar las uniones por sobre todo- o al menos así afirman algunos grupos ultra conservadores.


“Si no eres mía no serás de nadie” Frase de Porta que evidencia la deconstrucción del cuento de hadas.

La publicidad y los medios de comunicación tienen mucho que ver en la construcción de estas conductas. Abordar este tema da para muchísimo, entre ejemplos, anti ejemplos y soluciones. Por ello lo dejaré para una segunda entrega, pero para ir allanado el terreno, les dejo una publicidad reciente: Una “metida de pata” de esas que vemos en la publicidad, que pasa por las autorizaciones de clientes y agencias; saliendo a los soportes bajo la forma de “bromas o recursos” que no hacen más que perpetuar ciertos mensajes.

Muchos comunicadores le hablan solo a su público objetivo, pero la comunicación es vista por todos. Así se perpetuán modelos de discriminación y desvalorización de la mujer.

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