martes, 26 de febrero de 2013

¿Quién vigila a los vigilantes? Excesos de la prensa


Los asesinatos de Félix Gonzales (Notaria Paino) y del fotógrafo Luis Choy deberían enlutar no solo a sus familiares y amigos; nos deberían enlutar como ciudad y país pues dos personas murieron en situaciones donde la violencia no era esperable. No estaban ejerciendo actividades de riesgo.

Estos no son casos aislados. Son el colofón de una serie de casos diarios a nivel ciudad y país. Nos volvemos una ciudad cada día más violenta e insegura; o por lo menos eso es lo que siente la mayoría de ciudadanos de a pie- salvo el Ministro Pedraza para quien las cifras de violencia según los indicadores de la Policía nacional han descendido (aunque según el Observatorio de Criminalidad lo desmienta)
La violenta toma de La Parada. Evidencia cuan enraizado está en diversos círculos este tema. Foto Perúblog
Sin embargo, más allá de los análisis que se puedan hacerse sobre el tema de seguridad, que son varios. El tema de la muerte del fotógrafo Luis Choy suscitó el repudio en las Redes Sociales no solo por el hecho en sí mismo; sino por la forma cómo un programa de canal de televisión tocó el tema.
En las Redes Sociales circularon imágenes similares; rechazando el exceso sobre las imágenes que no respetaron el fallecer de una persona. Fuente Asociación de Fotoperiodista del Perú.
La palabra es una herramienta poderosa. Así, el periodismo, bien ejecutado, ha llevado a exponer temas que ciertos políticos o empresas han buscado mantener ocultos; informando así a la ciudad y logrando hacer caer redes de delitos de diverso calibre. Esto ha costado la vida a profesionales valientes que han puesto el pecho por mantener sus ideales y expresar una verdad incómoda para ciertos grupos de poder.   
Esta es, quizá, la esencia del periodismo: denunciar aquello que está mal para buscar lo correcto (con todo lo subjetivo que pueda significar). Diversos medios de comunicación han hecho propia esta bandera y la han convertido en su sello característico como por ejemplo los diarios Folha de Sao Paulo (cuidado cómo decimos la verdad) o Perú 21 (La vida de un periodista).

The Guardian. Los tres cerditos y el periodismo ciudadano. Brillante.

No obstante, a pesar de tener ejemplos claros del buen y blanco periodismo; también tenemos varios matices de gris y negro…un mal periodismo. Esto no solo se debe a que los periodistas puedan ser tentados por los grupos de poder, el ego de sentirse con la autoridad para aprobar (o no) la vida de un invitado o de exponer sus miserias; también juegan dueños de medios para quienes estar bien con el poder de turno, tener un mayor número de anunciantes y más ganancias los lleva a dejar de lado propuestas de periodismo de investigación, cultural o político; pasando a ofrecer solo “entretenimiento”. Así, América TV  sacó del aire a Rosa María palacios y colocó programas de “entretenimiento”; lo mismo hizo Frecuencia Latina, que si bien sigue con el periodismo emitió el programa El Valor de la Verdad cuyo papel en la muerte de su primera participante Ruth Thalia Sayas ya discutimos en un post anterior.
El Valor de la Verdad. Exponiendo las miserias humanas. Caricatura de Carlín.
“Quién vigila a los vigilantes” es una de esas frases emblemáticas de Watchmen (Alan Moore 1986) los periodistas vigilan, pero cometen excesos; en algunos casos sistemáticos porque es “una forma” como el periodista, el director periodístico o el dueño del medio deciden hacernos mirar el mundo. Nosotros como consumidores cansados de estos excesos, de la disculpa por obligación y la continuación de la misma conducta podemos, y deberíamos, hacer algo. Apagar la TV, no visitar la web, no comprar el diario. Cuando nuestra voz de protesta se traduzca en déficit monetario; es muy probable que los cambios que buscamos empiecen.

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